Después de tres años seguro se espera que yo haya mejorado, y en ciertos aspectos lo he hecho.
Para empezar la lista, pues ya no fumo... Lo que me costó trabajo, dolores de cabeza, mal humor y en realidad no subí de peso (ya sería mucho, ¿no?). En fin, por lo menos eso he logrado.
Recibí un anillo de compromiso (lo que alborotó mi hormona femenina), fijamos una fecha y empezamos a planear... ¡COMO DEBE SER! Pero como buena telenovela mexicana... Ya no se hizo... Y fui YO la que decidió NO hacerlo. Estoy en paz con mi decisión.
Resulta, que el universo confabula con el destino y un poco de la intromisión de Dios y todos juntos hacen que te vayas dando cuenta que existen cosas que NO van a suceder y es mejor aceptarlas, una de esas es casarme. ATENCIÓN: casarme como la sociedad y Dios mandan... Sino, ¿para qué?
Me alteró, viví mi enojo y frustración. Lloré, grité, mandé a la chingada. Pero REaprendí y REconocí cosas maravillosas que había dejado de lado. Una de ellas es que soy buena en la escuela, aprendiendo, contestando tests, leyendo, haciendo ensayos y mapas mentales! Soy TAN buena en eso, que trabajo en una escuela. Así que decidí regresar... Crucemos los dedos para que en esta ocasión termine y de la mejor manera.
Por fin puedo estar a dieta, si pude dejar el cigarro, cualquier cosa que siga será muy fácil. Hago ejercicio, por lo menos tres veces a la semana y eso es MARAVILLOSO, porque incluyo a mis hijos, que como bien saben, son mi MUNDO.
Y para quien no sepa, si, mi blog se trata de mi vida, complicada, aburrida, normal y monótona, pero es mía y decido disfrutarla al máximo.